UN HUMILDE PEREGRINO

sábado, 4 de agosto de 2012

 Ando envuelto desde hace tiempo en contar mis vivencias como peregrino, hablar de mi costumbre en estos años de caminos y caminos y la verdad, he empezado muchas veces a escribir y mas tarde he decidido tachar todo lo escrito. Hoy vuelvo a emborronar en papel datos y citas, ver fotos de hace pocos años, como empecé y por donde voy.


   Quizás he tirado muchos borradores a la papelera porque quiero revelar todo lo que el Camino me ha dado, me da y espero me siga dando, porque quiero dar a conocer como humilde peregrino como se puede vivir el Camino, disfrutarlo, meditarlo, soñarlo, etc., y lo mas difícil que no se si llegaré a conseguirlo, no es otra cosa que expresar algún dia mis sentimientos peregrinos en el propio Camino, como lo hacen otros peregrinos.


   Hará unos diez años empecé una aventura por una promesa, no niego que la promesa anda entre lo religioso y lo personal. Al cabo de este tiempo no solo estoy satisfecho, no solo no ando contento, estoy pletórico de satisfacción por momentos, por hechos, por naturaleza y sobre todo por la compañia que siempre he tenido, porque prometí que cada vez que subiera a ver al Santiño tenia que ir acompañado y siempre lo he hecho. Alguna que otra vez me he preguntado ¿pero donde vas con tanta gente?, no me arrepiento y espero seguir haciéndolo, porque a la misma vez que soy feliz, veo que la gente es feliz a mi par y cada uno a su manera y formas encuentra lo que yo ya tengo.





   Con lo que cae en estos momentos de crisis y malestar he encontrado en el Camino momentos de sosiego, de tranquilidad, de paz, de relajo, de repaso de la vida, de recapacitar de ciertos momentos, de recuerdos imborrables. No hay Camino que no encuentres algo nuevo a pesar de haberlo vivido, no hay Camino en el que cuando empiezas tienes dudas de acabar y rematas el Camino en el Obradoiro pleno de satisfacción, además no hay Camino empezado en el que quieres llegar, pero no quieres terminar.


   El Camino es un colegio donde uno aprende a superarse o una escuela donde las limitaciones personales no son obstáculo para ir por él. Estas dos afirmaciones me suenan a que es la propia vida, afán de superación, sobreponerse a las trabas de la vida, lucha diaria por encontrar un momento de felicidad que cubra todos los malos ratos que nos da el egoismo humano.


   Entre todo lo que cuento no quisiera abandonar esta primera reflexión agradeciendo al Santiño, al Camino, a la Naturaleza y a la Madre que me parió la cantidad de gente que he conocido en esta década, y de éllos la cantidad de amigos de los de verdad que estaban ahi y solo tenia que cruzarme en sus caminos. Gentes de todas los lados del mundo, gentes que como en otros momentos de mi vida han pasado de ser amigos a ser hermanos de camino. Hermano de Camino, ¡que bonito! me siento satisfecho de tener hermanos de camino y de seguir encontrándomelos en el dia a dia y pienso seguir como un humilde peregrino de recoger lo que me encuentro y no protestar por las puñaladas de la vida.


     En el Camino he encontrado mi mayor amistad, un amigo es quien te ayuda y no quien te compadece. En él he encontrado a raudales esfuerzos que parecen milagros, en el Camino abundan gentes hundidas que han encontrado el sitio justo para ser valientes y sensatos y poner de una vez por todas coto y freno a las muchas mentiras de la vida y sobretodo de la sociedad. En el Camino no hay castillos en el aire, ni pobres en la puerta de las iglesias esperando a los santificados señoritos. En el Camino te encuentras a gente que te escucha o te ves en un momentos que tú escuchas a la gente. En el Camino no te encuentras a nada ni a nadie que te aburra, o que te moleste, porque tienes siempre ese momento que esperabas, a veces íntimo y místico o a veces tumultuoso y menos contemplativo.


   En esto del Camino he terminado de encontrar honestidad en el romero, he hallado esmero en el caminante, me he tropezado con el mimo del peregrino, siento el afecto personal del viajero y siento su ayuda y su cariño y su apego. En el Camino he encontrado sentido práctico, amor, hermosura, pasión y sin ningún vendaje preventivo mucha AMISTAD, de la buena de verdad.


   He visto las orejas al lobo y en el Camino he encontrado de casualidad la oportunidad que me ha dado otra vez mi corazón y aprovechar sin prisa todo la felicidad que encuentro en él. Un dia cargué mi mochila con lo justo, sin cosas inútiles, cargué felicidad, alegria, risas, carcajadas, ánimo, brío, energía y fuerza y sobretodo llenar la mochila de Amistad. Llevo mi mochila con todo ésto y espero que me quepan sin pesarme mas paz y sabiduria de la vida. Junto con mi bordón, el aliento de mi Tormento, y la esperanza de ser un "gran abuelo" en pocas fechas, me presento en el sendero mirando al infinito encontrando también la libertad de ser y estar.



Jacinto Fuentes, entre otras cosas Peregrino.

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