UN SENDERO DE CUENTO, EN UNA MONTAÑA DE FANTASIA *

domingo, 16 de noviembre de 2014

      Menos el aire todo es silencio, paisaje altivo, me enamora este territorio estremecedor, con historias, con leyendas. Hace siglos la Reina Isabel la Católica también estuvo aquí, tuvo que parar en este paraje, venia de Quesada e iba a la conquista de Baza, el Guadalquivir bravío le impidió el paso en ese momento, tras varios intentos de vadearlo no pudo ser. Según la leyenda la Reina mas Católica tuvo que descansar en este paraje y sus caballeros lo prepararon todo, en una noche terminaron el puente. Pues desde aquí, desde este emblemático Puente de las Herrerias arranco por una buena pista dirección del Refugio del Sacejo en primera instancia.


     Encinas, quejigos, pinos me acompañan por doquier y a mi izquierda el rumor del rio grande andaluz, ¡ el Guadalquivir !, no paro de ascender poco a poco, una gran casa se deja ver en el trayecto, atravieso un túnel y la valla y a poco dejo el carril que me llevaría al nacimiento del gran rio y opto por coger a la derecha una pista en la que descubro un arroyo que imagino llevará el agua al Guadalquivir. Hace fresco y la pista se hace dura en su ascenso, en cada reposo observas esos gigantescos pinos laricios y junto al arroyuelo numerosas nogueras e higueras, majuelos y gracias al fresco algún que otro arce. En hora y media y con una subida dura ya estoy en el Sacejo. Mientras asciendo, a cada paso intento apropiarme de la memoria de estos caminos, ¿para que sirvieron?, ¿quien los transitó?, y aún mas, cuando pisoteo un lugar mágico como este territorio, donde ahora nos regocijamos de su naturaleza y su belleza, pero que en otros tiempos la memoria de los mayores y sus recuerdos nos dirán que no eran tiempos fáciles y aún así, esta sierra no la cambiarian por nada del mundo.

     Un pequeño descanso oteando las instalaciones del Parador de Cazorla desde el Refugio y de nuevo a retomar la pista con la sorpresa de un repecho que parece que no acaba, tiene poco mas de medio kilómetro, que con algún que otro descanso se supera. La pista poco a poco se convierte en sendero, el ascenso se hace menos fatigoso y la frondosidad del bosque es espectacular, las vistas al infinito no dejan de sorprenderte, el contacto con estos arboles centenarios te hace sentir otro, aqui está el alma del mundo. En la subida llego al Puerto del Tejo, es aquí donde puedo girar a la derecha hacia La Iruela y pasar por delante de la Ermita de la Cabeza o seguir hacia el Gilillo buscando Cazorla. Es este lugar ahora un cruce sin importancia, pero en su dia fué un sitio donde habia que decidir que camino tomar, por donde ir, aldeas, sierra, poblados...

     Son varias y todas agradables las vistas que obtienes, nada mas dejar el Puerto del Tejo desaparece la arboleda, quizás en la lejania algún que otro pino laricio y en la aparente llanura vegetación rastrera que oculta grandes piedras. Es aqui en esta zona donde giras la cabeza y vas teniendo visión de lo que a pocos minutos vas a ir observando a tu derecha, poco a poco vamos abandonando las vistas hacia el Valle del Guadalquivir para tener en la retina ese otro inmenso bosque de olivos en la lejania.

     Ya queda poco para llegar al Gilillo, el trajín del sendero te lleva y te trae, te sube y te baje, en el silencio suena el rastreo de un ciervo, aquí me encuentro evadido totalmente del tiempo real, lleno de naturaleza y de espíritu aventurero, ensimismado como cuando estoy en el camino, disfrutando de eso tan invisible y que no puedes tocar como es la felicidad. Cuando menos esperas ya estás en el Gilillo.

     Y aqui está este pico, tenebroso como casi siempre en esta época, grande y dirigente, majestuoso, desde aqui girando sobre si mismo te sorprendes en un balcón con vistas al infinito, Sierra Mágina, la Loma de Ubeda, la campiña con su inmenso olivar, la Sierra de las Villas, la de Segura con el Yelmo y el Banderillas, todo un espectáculo que te coloca fuera del mundo. Pudo ser el Gilillo, así lo imagino, uno de esos puntos en los que los antiguos serranos subian a los "miraores", asi me lo contó un viejete, para anunciar algo especial a voces, gritos con mensajes, recados, anuncios de fiestas o algún encargo, me dijo este hombre sabedor de lo que decia, que las voces en el silencio serrano, resonaban a bastantes kilómetros de distancia.

     Tras un bocado y con la cabeza llena de imaginación reanudo la marcha, quizás empieza ahora lo peor, ocho kilómetros cuesta abajo, al principio el zigzagueo te lleva por un sendero con piedra suelta, libre de árboles con buenas vistas, ante nuestros ojos van apareciendo Quesada y Pozo Alcon a tu izquierda y a la derecha no paras de ver grandes rocas, una auténtica muralla de piedra prácticamente inexpugnable. Conforme bajamos, de vez en cuando hay que parar y echar la vista atrás, en poco mas de un kilómetro de bajada dejaremos de ver  el Gilillo con toda su majestuosidad y poco a poco adentrarnos ya en otro bosque, con una vereda mas ancha, mas pisable, se nota la mano de los antiguos hacedores de caminos, ahi están impertérritos al paso de las gentes y del tiempo. A la altura de un cruce nos encontramos en el Collado de Cagahierro, cruce importante en el pasado, por aqui los "regoveros, los hacheros, los arrieros", las gentes de la sierra atajaban para ir de un lado a otro, importante camino éste que algún dia habrá que hacer, en el que las gentes del lugar atravesaban para ir a Tíscar en peregrinación.

     Pero sigamos hoy por nuestro camino, seguimos descendiendo, con algún que otro claro vamos viendo Cazorla pueblo, y en el infinito el inmenso y fantástico olivar de la campiña cazorleña, a veces el terreno y sobretodo el ambiente se vuelve húmedo, aparecen charcales, arroyuelos en los que detectas la gran cantidad de agua que puede existir en el subsuelo, aunque hay un extenso pinar no es menos cierto que por la humedad se ve musgo, bastante hiedra, arces, etc. y como final de esta humedad una fuente para refrescarse. En el descenso giramos y giramos, una cascada aparece con gran cantidad de agua y poco a poco mas cercana, Cazorla, da la sensación de que ya está ahi, pero no, todavia queda bajada, es lenta y mas cuando no paras de sorprenderte de todo lo que ves, si estás rodeado de árboles, el bosque es majestuoso,  si los árboles desaparecen por momentos allí al frente Cazorla, sus Castillos, sus olivares y a cada lado mas vistas de montañas en las que por encima de ellas te puedes encontrar algún buitre o aguila oteando el horizonte.

     Aparecen en el sendero viviendas alejadas del núcleo urbano, chalets, huertas, alguna que otra ermita, miradores en los que no paras de quedarte sorprendido por las vistas, de nuevo el run-run de un rio, el Cerezuelo, sus aguas nacidas de las entrañas de la tierra, y entre sendero, vereda y camino llego a Cazorla, sorprendido por las ruinas de Santa Maria, construcción de Vandelvira y volviendo la vista observo el espectáculo visual que he tengo a mis espaldas, lugar por donde he transitado, paisaje bravo y silencioso, camino rico en historia y en historias de las gentes.

     El dia ha amanecido triste y bronco, pero el camino me ha vuelto a sorprender, ahora toca "rin ran, andrajos y un buen vino".

     Buen camino.

     Jacinto Fuentes Mesa. Abuelo y peregrino.


* EL TITULO DE ESTE RELATO HA SIDO COPIADO DEL BLOG DE " EL SENDERISTA LOCO"







PUERTO ALTO EXISTE EN JAEN

domingo, 7 de septiembre de 2014

          Salto al campo una vez mas, esta vez en los alrededores de Jaén y me siento complacido por el buen rato que he pasado, naturaleza, vistas, historia, gente, amistad.......

     Os cuento que no hace mucho andorreteé esta zona con un buen hombre del lugar, de esos hombres que nos van dejando y que pasaron hambre, que para echarse unas migajas a su boca y a la de su familia no tenían que coger calculadora, ni echar mano de cuentas bancarias, ni tenían "depres" ni nada por el estilo, solo había que ingeniárselas para comer dia a dia. Pasaban lo que pasaban de Sol a Sol y salían al campo y cogían lo que este les daba y de la zona lo sabían todo, hasta el mas mínimo escondrijo, y se nos van con sus historias, con sus leyendas que le contaron sus padres y sus abuelos, historias que se pierden en la noche de los tiempos y sobretodo nos dejan sin su sabiduría de la vida.
     Hoy hemos echado un buen rato por Puerto Alto, a unos 15 kilómetros de Jaén y si con Manuel me resultó un sitio por descubrir, hoy con Francis y Jesús y otros amigos, hemos rematado la faena. Me cuentan que en la zona estuvo el ejército Napoleónico instalado allá por 1810, hay varios lugares que han quedado con sus nombres a perpetuidad, Puerto de los Cañones, Loma del Pendón, Plaza de Armas, desde alli controlaban el paso a Granada, lo escarpado del terreno, las localidades cercanas a Jaén con un simple golpe de vista, La Guardia, Mancha Real, Pegalajar, y eso tiene este camino, vistas hermosas hacia el infinito, incluso en dia claro se puede palpar Ubeda, el Castillo de Jaén y de La Guardia, parecen dos pequeños trofeos de una tarta suculenta de imágenes impresionantes.
     Pero hoy he recordado a Manuel cuando me decía que por allí había de todo y si el me enseñó un camino camuflado para el "estrasperlo" de la guerra y la postguerra entre la Cañada de las Hazadillas y Puerto Alto, hoy he entendido el trajín que pudo tener esta zona cuando el hambre de verdad apretaba. Caminos con alma que quieren contarte que por allí anduvieron "bandoleros", quizás algún escapado de la Justicia escondiéndose de las autoridades, gentes del "maquis", "estraperlistas", "buhoneros", "carboneros", "arrieros", "alimañeros" y me quedo sorprendido que también en esta zona de Jaén, en Puerto Alto existió el "esenciero".  Si, porque en esta zona se recogia "lavanda" por la mañana con la fresca y a continuación se destilaba como cualquier bebida y esa esencia destilada se enviaba a Jaén a aquellos lugares donde hacian "fragancias", ¡ que bonito, no !. Ahora solo queda algún valiente que va por la zona, pastores con sus cabras y sus ovejas en busca de pastos y fuentes de agua para beber.
    Pues todo esto y bastante mas, nuestra imaginación podrá volar y transportarnos a otros tiempos, todo esto en unos 15 km recorridos aproximadamente, cerca de Jaén, Puerto Alto "existe".

Jacinto Fuentes Mesa
Abuelo y peregrino.

MONASTERIO DE SOBRADO DOS MONXES, UN OASIS EN EL CAMINO

martes, 19 de agosto de 2014

      Nos esperan 25 kilometros y hay que arrancar de auténtica madrugada. La mañana es fresca y aunque se presume Sol, es cierto que la manga larga ayuda. Salimos de Miraz y empezamos un repecho algo osco, el piso no es firme, no paras de pisar grandes piedras sobre un camino ancho y ascendente, resulta interesante que la piedra brilla con la Luna y la poca luz que van dejando las estrellas que quedan en el firmamento, hay algún momento que al paso parecen luciernagas. Una vez cogida considerable altura vuelvo la vista y me sorprende ver la ultima estrella de la mañana, el Lucero del Alba va apagandose pues en el horizonte aparece los primeros timidos rayos de Sol.

     El camino no es ni mucho menos los místico que en el dia anterior, pero si bonito, primero bosque de eucaliptos, despues una buena arboleda, repoblacion de pinar, el camino continua y la mirada siempre en el infinito, queriendo encontrar alli al fondo quizas tu propia libertad, entre paso y paso y el tiempo avanzando van surgiendo aldeas y casas en el camino, gustando lo que rodea y haciendo la subida bastante agradable. A 10 kilometros andados mas o menos llego a Roxica y alli de nuevo te envuelve estas historias de la magia del camino, una señora atiende al peregrino con una pequeña barra, cafe de pucherete, dulces caseros, pan buenisimo, mantequilla de la tierra y una simpatia y una sonrisa que no sabes si seguir alli un rato mas o definitivamente arrancar, pues aun quedan otros 15 kilometros. Hablo con ella y ofrece alojamiento tambien a los peregrinos por la voluntad, me dice que solo tiene una casita pequeña y ocho camas, en la sonrisa, en los coloretes de sus mofletes, le asoma que es buena gente, y que esta alli pues por esas cosas del camino, cosas de la aventura, de la libertad, de hacer bien y no mires a quien.

     A partir de aqui el camino cambia, en la distancia el espectaculo visual es impresionante, en la cercania es bonito y te da tiempo en eso que se dice de mirarte por dentro, de darle un sentido a lo que has hecho en los ultimos tiempos y a lo que te enfrentas en el futuro, mientras continuo en una subida algo fatigosa pensando en mis cosas, llego al punto mas alto de la ruta, en la cumbre del camino no se ni donde estoy, no miento si digo que en algunos segundos siento que estoy fuera del mundo y es ahi donde me ha colocado el camino.

     A partir de aqui, de este punto alto, comienzo a bajar, la carretera se ha sobrepuesto al camino magico y lo que queda no te interesa, hay que llegar lo antes posible, se sufre cuando el albero o la tierra te la cambian por asfalto. En el avance por fin alli a lo lejos las torres del Monasterio de Sobrado dos Monxes. Un oasis en el camino, bonito, tiene aún frailes. Ganas y ansias de llegar, el camino acaba por hoy en un lugar mítico del camino del Norte, el entorno del Monasterio y su interior es impresionante, cualquier detalle de sus tres claustros, su iglesia restaurada y aun con mucho trabajo por delante, todo es agradable. Aqui en el monasterio hay un albergue y alli dormiremos. Por la tarde los frailes ofrecen una parte de la Liturgia a todo el que quiera y bueno alli estamos una vez mas los peregrinos, para oir esos cánticos que solo ellos entienden, pero que nos suenan a GLORIA.

     Poco mas, de madrugada nos espera otra salida. Arzua será la proxima meta.

BUEN CAMINO.

Jacinto Fuentes Mesa, entre otras cosas abuelo y peregrino

DE BAAMONDE A MIRAZ

lunes, 18 de agosto de 2014

     Salto a la calle y el fresco de la mañana me hace abrir la mochila y coger la manga larga que no abandono hasta al mediodía. Nos hace un tiempo perfecto para andorreterar todos estos caminos buscando ese final que todos pensamos.

     Se empieza un poco desesperante, nos cuentan los lugareños que los primeros tres kilometros coinciden con la antigua N-VI, y la verdad es que el peregrino quiere sendero y que entrañe camino en silencio.

     Terminados los tres kilometros nos adentramos en un sendero, de los recorridos por mi estos próximos metros son de los mas espectaculares que un peregrino avezado puede observar. Callado, en absoluto silencio, paso a paso sientes el sosiego y la calma dulce de un bosque que parece a ratos animado, calma dulce en el rincon de una pequeña ermita rodeado de arboleda magica. Asciendes y te transportas a otra dimensión, en una apretada cuesta observas un bravura silenciosa que intenta tocarte en la estrechez del sendero, no hay ni cantos de pájaros, este es un lugar que solo reivindica soledad, es cierto que hasta aparecen pequeños sonidos que crees son duendes y el remate una cueva hecha con tamaras que puede dar cobijo  a cualquier peregrino o por que no a una meiga, porque como se dice por aqui haberlas "haylas".

     Terminando este magnifico sendero, el camino siendo agradable y bonito, aunque pisas un sendero con alquitran, reune este territorio algo que no se explicar, te vuelves melacolico y asi lo entiende una serie de personas de otros lugares que se han instalado por esta zona, buscando la magia del camino y el apoyo al peregrino. Reculo en una de estas casas donde una peregrina abandona su vida acomodada y pone las bases de una nueva vida serena, reconfortante, tranquila, sin estrés, me ofrece en su idioma un café cateto, jajaja, me rio, es café de pucherete, ummmm, con chorreón de orujo incluido. De lujo estaba alli. Pero es que a escasos kilometros un artista de estos que se apartan del mundo te recibe con sus manos abiertas, ofreciendote lo que tiene, cafe, amistad y ..... un abrazo de absoluta cordialidad.

    Disfrutando de la gente de la zona, de la exuberante naturaleza y del propio camino aparezco en Miraz, aldea pequeña con Iglesia pequeñita y antiquisima, llego y aparece el cura que de vez en cuando, solo de vez en cuando viene por aqui y ofrece Misa. Compartimos minutos con él y nos quedamos a descansar nuestro cuerpo en una etapa de poco mas de 16 kilometros en los que el propio camino y en escasos metros hemos tenido la oportunidad de vivir magia natural y magia espiritual.

     Buen camino amigos

Jacinto Fuentes Mesa, entre otras cosas abuelo y peregrino.

   

DE VILALBA A BAHAMONDE

viernes, 15 de agosto de 2014

     Solo esperaba que las cosas salieran bien y como siempre así han salido. A las 7.30 de la mañana hemos partido de Vilalba, 9 grados de temperatura,  ideal para andar, y con el nervioseo ya acumulado de la tarde de ayer.
    Ayer incluso algunos compañeros se fotografiaron con Monseñor Rouco Vale raqueta resulta es nacido aquí como D. Manuel Fraga.

     Hemos salido compactos, la anécdota es que con los nervios la cabeza ha tirado casi por donde no debía y hemos dado un leve rodeo, anécdota a parte, con nueve grados y despejado hemos echado para adelante.  Al fondo no muy lejos bastante niebla, aunque nunca la hemos tenido con nosotros.

     Poco a poco nos hemos ido sumergiendo en el camino,  a ratos era tan espectacular por donde andábamos,  que daban ganas robar el alma al paisaje.  Un par de puentes sobre ríos,  uno de ellos bastante bonito, y unas pocas aldeas salpicadas sobre el camino nos han acompañado hasta Baamonde donde has llegado sobre la 1 del mediodía,  ya con 22 grados.

     El ambiente entre nosotros muy bueno, en la comida nos hemos reído y contado nuestras primeras experiencias,  el albergue esta a tope casi 100 .

     Esta tarde visita a un pequeño museo en esta parroquia de poco más de 300 habitantes y en un rato a la cama, mañana nos esperan 16 km, un paseo hasta Miraz.

     Hoy si hay que resaltar varias cosas, el agradable sonido de ríos y arroyos los que con sus regatos producían agradables sonidos, la animada cháchara entre nosotros mientras caminábamos y apuntar la mirada de emoción de muchos de nosotros cuando empezaba vamos al entrar el día.

BUEN CAMINO

Jacinto

CAMINO, NATURALEZA E HISTORIA

viernes, 28 de marzo de 2014

     Creo que los pies de este peregrino nunca han pisado un camino con tanto caudal de cultura, con un pasado tan rico en historias y con unos parajes naturales de una pureza descomunal. Arranco en los Jardines de Despeñaperros en un sendero que llaman Barranco de Valdeazores con la esperanza de recorrer un fantástico camino.

     Nada mas empezar nos encontramos con una cuesta arriba de unos cuatro kilometros, bastante llevaderos, cruzamos la casa del guarda y un par de verjas que habra que abrir y volverlas a dejar cerradas. La arboleda es impresionante, pinos, quejigos, alcornoques, encinas, algún que otro enebro, el bosque mediterráneo vuelve al lugar propio arrebatando al terreno lo que la mano del hombre le quitó. Silencio y camino es mi compañia, todo es sosiego, punto de emoción en la mirada a cada paso.


     Serpentea el camino, se acaba la cuesta, que no es tanta como me habian dicho, y se presenta la primera opción girar al Collado de la Aviación o seguir hacia adelante y opto por seguir, ya habrá momento de volver al Collado y contemplar esas vistas que me anuncian mis amigos. Al poco del cruce aparece no muy lejano los restos de un castillo, Castro Ferral le llaman, vigia impertérrito y controlador de un camino que cruzaba la Meseta y Andalucia por el puerto del Muradal. Me lleva el cortafuegos al castillo y tranquilo observo sus piedras y me imagino el trajin de la soldadesca y en un momento monto guardia mirando al horizonte mas cercano , el espectáculo visual es impresionante, es tan hermoso lo que veo que no se desde que angulo mirar.

     Hay que seguir y de nuevo continuo por este bosque de inmensa hermosura, alcornoques descorchados no hace mucho tiempo, quejigos, pinos y entre los matorrales a la orilla del sendero paso la mano por el tomillo y me huelo, y si hay alguna mata de romero también y ya lo mas cuando dulcemente pasas la palma por esas florecillas lilas y sientes el aroma a lavanda, olor a monte y te sientes duende de este lugar tan mágico.
   
     El viejo camino continua, vira y revira, sube y baja, menos el aire todo es silencio y voy expectante, cada vez que se retuerce el camino creo que va a aparecer un almohade a caballo proveniente de alguna escaramuza o un castellano con espada en mano en busca de enemigo escondido, pero es mas, por estas tierras de paso del Sur hacia la Meseta, tambien hubo siglos después gentes que se echaron al monte, bandoleros que hicieron de esta Sierra su lugar preferido para perpetrar algunas veces sus fechorias y otras veces segun los Romanticos para ayudar a las gentes del pueblo, alrededor alguna que otra cueva para vivir y buenos peñones para esconderse y esperar a los carruajes que por aqui transitaban, cuentan que el Tempranillo cabalgó por esta parte de la Sierra, haciéndose respetar, escondiéndose de los "migueletes", intentando ser el bandolero mas generoso. Tomo aposento para tomar un respiro, en el descanso aparecen nombres de bandoleros, "Tragabuches",  "los Siete Niños de Ecija", "el Lero", mientras recordamos estos nombres legendarios me centro en un buen bocado de pan, aceite y habas y un buen trago de tinto de Frailes para regar el interior del cuerpo.

     Una vez calmados los ruidos de mi estómago y amilanada la sed, me desperezo y vuelvo al camino y junto a los compañeros en animada cháchara continuamos observando este bello e insólito panorama, veo por fin un madroño y otro, y otro mas, poco fruto queda, lo arrimo a mi boca y siento el placer de volver a las travesuras del niño en el campo, tan exquisito bocado me trae recuerdos, me arrastra a historias que siempre perdurarán en mi memoria. Y asi enamorado del territorio que ando llegamos al Empedraillo, Camino Real, quizás sobre una calzada romana, en otros tiempos paso obligado de diligencias, carruajes, expediciones, incluso la transhumancia tuvo por aqui su paso, pienso que estoy sobre un tesoro, rico en historia de vidas y gentes, por aqui cuenta la leyenda de la Batalla de las Navas que un pastor mozárabe enseñó un paso estrecho sin vigilar a los cristianos y poder atacar por la retaguardia al ejército almohade. Me imagino por aqui  a Alfonso VIII rey castellano y al Arzobispo de Toledo en pleno fragor de la batalla y en agitada conversación afirmar el rey castellano: "Vos y Yo aqui muramos".
   
     ¡¡¡Cuanto bueno!!!, en fin, nuestro caminar está a punto de su fin, aún quedan cinco kilómetros y una sorpresa mas, nada mas dejar a nuestra izquierda Miranda del Rey, me cuenta mi amigo Andrés que estos tres últimos kilómetros antes de llegar a la Aliseda son espectaculares, y lo que me faltaba es el susurro del agua en un arroyuelo recodeándose con el camino, a veces te pilla y otras se esconde, a veces bravo y salvaje, a veces calmo y tranquilo, ¡¡ ay señor, señor !!, esto se acaba, por este sendero romano junto al arroyo, envuelto en jaras azules y pizarra por doquier aparezco en la Aliseda, oasis y vergel de un lugar maravilloso, el camino de hoy alucinante, estremecedor, espectacular, tengo que volver, debo venir, quiero sentir de nuevo el pulso del camino por estas tierras, empaparme las manos de olor a naturaleza, abrazarme a un alcornoque sangriento y decirle al tronco que siento su alma, oir el canto alegre de los pájaros, palpar este inmenso bosque frondoso cargado de leyendas, volveré.

     Buen camino amigos.........

Jacinto Fuentes Mesa, abuelo y peregrino.

A LA ALDEA DEL ROCIO POR LA RAYA REAL

domingo, 19 de enero de 2014

QUE ESTABA HACIENDO EL CAMINO
ANOCHE SOÑÉ
Y METIO ENTRE LOS PINOS
FLOR DE ROMERO CORTE
COMO CUALQUIER PEREGRINO

Letra de unas sevillanas de Los Marismeños.
     
     Ando hoy por uno de esos lugares donde este humilde caminante esta cerca de la gloria, arranco en la Venta el Gato, y empiezan mis pasos a tomar dirección de la Aldea del Rocío buscando a la Reina de las Marismas, y aqui estoy en plena Raya Real, impresionante y emocionado al volver a un espacio idílico, conmovido de este lugar tan hermoso. Aunque lo he andado varias veces, quizás este momento no lo he tenido tan íntimo en otras ocasiones, hay paz en el aire, rumor de mis compañeros peregrinos y aunque la perspectiva no está clara por la niebla, si empieza este peregrino a tener poderío en este camino, enamorado del territorio que piso, palpo que soy cortejado por estos inmensos árboles y sosegado por su silencio, "silencio vegetal", silencio que ronda y envuelve, momento que al inicio del dia le gusta al peregrino para darle vueltas a sus cosas, no hay mejor rato en el camino que iniciar el dia siendo un monje místico hasta que el sudor de la frente te devuelve a la realidad.



     Aquí no hay cuestas, ni curvas, ni repechos, ni bajadas temibles para mis rodillas, aquí hay horizonte y mas horizonte, hermosos y expresivos árboles, arena y mas arena, con el convencimiento de que al final de este sendero volveré a un suelo fascinante junto a las marismas. En eso estoy cuando observo a mi alrededor lo que me ofrece la naturaleza de este sitio, los eucaliptos impertérritos, altos, orgullosos, guardianes del camino, ayudando al peregrino con su fragancia y con sus hojas posándose en el camino para ser alfombra del romero, y mas allá de la linde del sendero el pino piñonero.




     Se acaba la primera recta llegando a Palacio del Rey, descanso, respiro y vuelta al camino, la Virgen del Rocío está mas cerca y allá vamos, cambia el panorama, el camino se vuelve mas arenoso en algunos tramos, menos árboles y aún asi la senda no deja de ser fantástica. Hemos visto ganado alrededor del Palacio y es ahora en mitad del camino cuando percibo que no hace mucho rato por aqui ha habido una buena manada de ciervos, la arena no engaña y sus numerosas pisadas están ahí. Por circunstancias del andar ahora toca caminar y un poco de charla que de todo hay en la viña del Señor, es un gran momento este donde quizás a tus compañeros cuentas aspectos de tu vida que nunca sacas a la luz, será por el momento, por la gente que te rodea, pero es un buen tratamiento esto de hablar y escuchar. Cuando menos acuerdas vuela el tiempo y estamos llegando al Ajolí.





     Ya estamos en territorio del Rocio, llegando al Ajolí se nota ya otro ambiente, charret, caballistas, hasta la vegetación cambia, incluso aparecen chumberas y antes de dejar este sitio privilegiado me sumerjo debajo de los árboles, los abrazo hasta otra ocasión e intento aspirar su esencia mirando sus copas. Vuelvo la vista, y vuelvo a un segundo gesto y reviro y observo, se acaba el bosque, se terminan las miradas de los árboles, se acaba el silencio y el rumor del aire rozando las ramas, un dia un sabio pastor me dijo que a esta circunstancia el le llamaba "la paz del aire", a partir de ahora dejo de ser duende.

     Avanzo poco y estoy en la Aldea, solo me queda verla y a ello voy, ahora si late el corazón algo mas acelerado, el fin de este camino está cerca y acaba donde Ella se encuentra y tras el zigzagueo de la Aldea, me planto a sus pies y recuerdo aquella letra de Sevillana:

NO SE QUE TIENES ROCIO,
CUANDO TE MIRO A LA CARA,
CUANDO TE MIRO ROCIO,
QUE ME PARECE QUE SIENTO
QUE EL CORAZON SE ME PARA

Y ME ENTRA UN NO SE QUE,
Y ME DA UN ESCALOFRIO
CUANDO PRONUNCIO TU NOMBRE,
Y TU ME MIRAS ROCIO.

Letra de Sevillanas de Manuel Orta.




     Tiempo de intimidad frente a ella, poco mas que contar pues durante la ruta ya hemos charlado, ahora toca una visita a las maravillosas marismas, lugar maravilloso y milagroso, me gusta este sitio, aqui tengo, agua, tierra, aire puro, magia, yo la siento, y alli en el cercano horizonte oteo un grupo de amigos peregrinos que hemos disfrutado de camino, de amistad, de vivencias y lo vamos a seguir disfrutando ahora con una buena manzanilla, alguna que otra gamba y un poco choco, de todo quiere el cuerpo. BUEN CAMINO.

VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO.

Jacinto Fuentes Mesa.
Entre otras cosas abuelo y peregrino.
Enero del 2014

Las fotos son deferencia de mi amigo Manuel P. Delgado.